LA AVENTURA DE SER DOCENTE

Es evidente que la tarea de educar, no solo refiere a la transmision de conocimientos conceptuales de generacion en generacion a otra. Educar implica formar personas libres, creativas, capaces de aportar riqueza a su comunidad sustentadas en valores y principios eticos que lo acompañaran a lo largo de su vida. Además de que este proceso exige la transformacion de forma permanente del pensamiento, las actitudes y los comportamientos.
La enseñanza es una enorme empresa que no tiene como fin nuestro lucimiento personal, nos encontramos en ella para comunicar, compartir, guiar, orientar, ser intermediario entre la ciencia y la cultura a las nuevas generaciones, para transmitir los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con el paso del tiempo, y advertir a las nuevas generaciones del alcance de nuestros grandes fracasos.
Actualmente el sistema educativo requiere que como docentes seamos capaces de alcanzar un alto grado de capacidades de actuacion y de reflexion sobre la practica docente, de adaptabilidad a situaciones conflictivas y cambiantes de aula y el contexto social.
Ser docente implica una gran responsabilidad social, porque se trabaja con seres humanos que piensan, sienten y actuan, que en un futuro reflejaran la buena o mala orientacion que les demos en el proceso de E - A, y es algo que no con facilidad podemos desechar, como es por ejemplo en el caso del carpintero que cuando un mueble no lo elabora correctamente lo desarma o lo desecha.